
Las personas servidoras públicas que trabajan en los Órganos Internos de Control (OIC) tienen una gran responsabilidad, ya que son las encargadas de prevenir, detectar, investigar y sancionar actos de corrupción dentro de una dependencia o entidad pública. Además, promueven el cumplimiento de la Ley General de Responsabilidades Administrativas (LGRA), realizan auditorías, revisan procesos, tramitan quejas y resuelven procedimientos administrativos de responsabilidad.
En resumen, el OIC juega un papel fundamental en la transparencia, la rendición de cuentas y la lucha contra la corrupción. Un factor clave para la adecuada realización de sus funciones es contar con buenas condiciones para llevar a cabo sus actividades diarias, como lo son el equipo adecuado, personal suficiente y el suministro de materiales, sin dejar de lado la constante preparación académica y experiencia.
Derivado de lo anterior, entre diciembre de 2023 y marzo de 2024 se llevó a cabo el proyecto “Diagnóstico sobre las Capacidades Institucionales de los Órganos Internos de Control en el Estado de Quintana Roo”, el cual tuvo como propósito general conocer las condiciones normativas, organizacionales, materiales y presupuestales en las que se desarrolla la labor de los OIC a nivel municipal y estatal, en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como en los organismos autónomos.
Este esfuerzo forma parte del trabajo de coordinación que se realiza en el Sistema Anticorrupción del Estado de Quintana Roo, en el marco del Programa de Implementación de la Política Anticorrupción, el cual se identifica a continuación:
Este diagnóstico es un primer paso para avanzar hacia instituciones más fuertes, más eficaces y más comprometidas con el servicio a la ciudadanía.
El Diagnóstico contiene una instantánea que muestra, desde múltiples enfoques, posiciones y perspectivas, la realidad que día a día viven poco más de 300 personas servidoras públicas que, desde una u otra trinchera del gobierno, participan en las labores de vigilancia, control, supervisión, investigación, revisión, auditoría y responsabilidades, entre otras, del Estado de Quintana Roo.
Esta información no debe ser vista como una evaluación que califica o juzga el desempeño o las condiciones existentes en la labor de los OIC. El documento no pretende palomear o tachar conductas, procesos, instrumentos o decisiones, antes bien, busca dar las pautas para transformar aquello que requiere ser cambiado y consolidar lo que está funcionando.
Es un ejercicio inédito a nivel local y nacional que muestra una adecuada colaboración entre poderes y niveles de gobierno, así como la coordinación del Sistema Anticorrupción del Estado, en donde autoridades y ciudadanía han decidido fortalecer este cuerpo de funciones fundamental en el combate a la corrupción.
No se omite mencionar que se logró la participación de Órganos Internos de Control a nivel municipal y estatal, abarcando los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como los Organismos Constitucionales Autónomos y municipios y con ello se puede ratificar el momento que se vive en la entidad de trabajo cooperativo.
Este ejercicio constituye, sin duda alguna, una buena práctica que merece y debe ser conocida, difundida y replicada en todo el país.
Las propias personas que integran los OIC manifestaron su reconocimiento por darles la palabra y dejarles expresar libremente sus necesidades, sus inquietudes y sus propuestas de mejora.
El Diagnóstico constituye un documento fundamental para la definición de acciones concretas para el fortalecimiento de los Órganos Internos de Control.
En una primera sección, se desarrolla la caracterización y el perfil sociodemográfico de la población objetivo, que en este caso corresponde al personal que integra los Órganos Internos de Control (OIC) en las distintas dependencias y entidades públicas de los ámbitos estatal y municipal en Quintana Roo. Esta caracterización contempla información relevante sobre la estructura organizacional de los OIC, la composición por niveles jerárquicos, los años de experiencia profesional de su personal, su formación académica, así como otros factores pertinentes tales como el acceso a programas de capacitación, la permanencia en el cargo, y los esquemas de profesionalización. Estos elementos permiten delinear un diagnóstico más preciso sobre las capacidades institucionales existentes, identificar brechas de especialización técnica y visibilizar los retos particulares que enfrentan los OIC en el ejercicio de sus atribuciones.
De aquellas personas nacidas en otra entidad federativa, se identifica que 126 tienen más de seis años de residencia en Quintana Roo, en tanto 12 tienen entre tres y seis años y 4, de uno a tres años.
Existen personas que señalan tener una discapacidad auditiva y visual, destacando respuestas que señalan no saber si viven con alguna condición de discapacidad y otras que prefirieron no contestar.
Posteriormente, se presentan los resultados del análisis realizado en torno a 4 dimensiones estratégicas, diseñadas para evaluar de manera integral y sistemática los principales componentes que inciden en la operación y desempeño. La selección de estas dimensiones responde a la necesidad de construir una visión holística de las capacidades institucionales, permitiendo identificar no solo las fortalezas existentes, sino también las áreas críticas que requieren atención prioritaria para consolidar el funcionamiento de los OIC.
Cada dimensión se desarrolla a partir de un análisis detallado de los hallazgos identificados y se acompaña de recomendaciones prácticas para fortalecer las capacidades institucionales, mejorar los procesos internos y consolidar una cultura organizacional basada en la legalidad, la transparencia y la rendición de cuentas.